miércoles, 12 de noviembre de 2014

Anatema; by Lissa D'Angelo

Mica ha pasado sus días de adolescente saciando su enfermiza curiosidad por los vampiros. Ha buscado toda la información que se ha escrito al respecto. Leyó desde Crónicas de una Sanguijuela hasta Ocaso de Stephanie Meyer.
Para ella, ser apodada “la friki de los vampiros” en la escuela es sólo un detalle o de eso se intenta convencer; su novio, hastiado de su fanatismo la cambió por un balón de fútbol y la mitad de la clase la mira con una mezcla de lástima y burla, porque después de todo:
« ¿Quién quiere ser normal cuando puedes ser única?»
Por supuesto, todas esas expectativas se fueron a la basura, una noche en que –a su parecer- pasó algo sorprendente. La noche en que Mica se dio cuenta que los vampiros son más que sexo y besos:
A veces que te muerdan, no es excitante ni dulce, a no ser que se le pueda llamar dulce a un bastardo desgarrando tu cuello.
Y a veces tienes que tener cuidado con lo que deseas... porque se puede hacer realidad.