Cuando los paparazzi los atrapan en una posición comprometedora, el manager de Chad le da un ultimátum: limpiar su imagen o decirle adiós a su contrato multimillonario. Para salvar su carrera, su entrometida publicista le dice que tiene que convencer a todos de que Bridget no es solo la chica de la semana, sino su novia.
Siendo chantajeada para estar en una relación falsa con Chad Gamble no es fácil, especialmente cuando intensa atracción física entre ellos es innegable. Con un mes por delante en su relación arreglada, tomara toda la fuerza de voluntad que tengan para no terminar acostándose juntos… o enamorarse.